RONDA II
Julio Obeso
Estilizar el poema, retirar el pan a la palabra, el agua a
cualquier calificativo, hasta rendir la voluntad de la luz
que se desploma y confiesa, de puño y ventana, ser
de ella la húmeda navaja, la huella, cada uno de los
cabellos en la sombra violada.
NOTA: para leer la entrada anterior de P. Corrales y J. Obeso: AQUÍ
Soledad Fariña
la
arista de la piedra
la
huella de un cabello
en
el vidrio
la
navaja
húmeda
y violada
su
filo
la
ondulación del aire
en
la rama de un sauce
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